A lo largo de su construcción, la catedral enfrentó diversos desafíos, incluyendo problemas financieros y falta de mano de obra calificada. Estos obstáculos llevaron a que la construcción se prolongara durante décadas, y no fue hasta la década de 1980 que finalmente se concluyó.
La fachada principal de la catedral se caracteriza por su imponente diseño neogótico, con detallados adornos y esculturas representando figuras religiosas y santos. En el interior, se encuentra una amplia nave y hermosos vitrales que llenan el espacio con luz y color.
La Catedral de Cuenca es un importante lugar de culto y peregrinación en Ecuador, y su majestuosidad la ha convertido en un símbolo icónico de la ciudad. En 1999, el centro histórico de Cuenca, incluida la catedral, fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo su valor cultural y arquitectónico.