La casa tiene un gran valor histórico, porque fue construida en lo que antes estaba trazado el camino del Inca, el cual comunicaba a Tomebamba con el Cuzco. Su construcción se dio desde el año 1870 por Antonio José Valdivieso, su propietario. Sus detalles de acabado fueron trabajados por diversos artesanos de la región. Dicho proyecto tuvo un proceso de construcción por más de 30 años, culminando en el año 1906. Actualmente es una construcción muy valorada, debido a sus características que conmemoran las construcciones coloniales rurales. La vivienda ha tenido diversos usos en el transcurso del tiempo, los cuales han ido generando cambios en la casa, como, por ejemplo, en el patio central de la vivienda existía un gran pino corpulento, el cual desapareció por varias leyendas contadas alrededor de este árbol. Considerada como casa-quinta fue construida en la zona rural de ese entonces llena de lujos y comodidades debido a que principalmente fue una casa de descanso para sus dueños. Fue construida con un sistema tradicional, con diversos materiales como, el adobe, bahareque, madera o barro, en diferentes partes de la casa, le brinda esa diversidad que enriquece su expresividad. Esta vivienda cuenta con diferentes rasgos coloniales como, grandes pasillos, patios delimitados por habitaciones. Y se compone por 4 crujías, un gran patio central, un patio trasero y su circulación se da de norte a sur con entradas centrales, en su crujía frontal (crujía norte) se levanta el palomar, que es el espacio ocupado por los propietarios para su estadía, aquí se muestra más interés por los detalles decorativos. Utilizando papel tapiz, y latón con relieve, que funciona como adorno en el tumbado, y vidrios de colores.
Actualmente, la casa es un espacio cultural que pertenece al Municipio de Cuenca, donde se realizan talleres de artesanías, ferias y exposiciones. La casa de Chaguarchimbana es un icono de la arquitectura colonial y del patrimonio de Cuenca.